"De acuerdo.."
Suspiró. Su vista se perdió en el horizonte mientras comenzaba a rememorar los hechos. Lo que iba a relatar era algo que no esperaba contar tan pronto, y mucho menos a un desconocido, pero necesitaba hacerlo y algo en ese hombre le inspiraba confianza.
"A mis 18 años conocí a Emily en una de mis actuaciones en el Himmelmeister.. Era hija de uno de los farsantes opulentos que paraban por el casino, y mientras él se dedicaba a gastarse su dinero, ella se entretenia con las actuaciones en las salas de variedades. Nunca faltaba a ninguna de las mias, le encantaban los trucos de magia.
Un día, tras terminar mis juegos de manos, se acercó y comenzamos a hablar. No tardaría mucho en nacer una gran amistad, y mucho menos en que el amor llamara a nuestras puertas..
Poco antes de un año nuestra relación estaba establecida, y aunque fuera a escondidas, la pasión y la dedicación de la una por la otra era abundante."
Kora no pudo evitar sonreir mientras decía esto, pero un brillo en los ojos revelaba su tristeza.
Miró al hombre con profunda sinceridad.
"La amaba..
Con todo el alma y el corazón, y con todo lo que un ser humano puede llegar a amar..
Era todo lo que necesitaba.. Despertarme a su lado.. ver sus ojos.. y saber que mi vida estaba completa.."
Su mirada volvió a aquel punto perdido en el infinito, y continuó.
"Cuando cumplí los 20, el padre de Emily me mostró una forma de utilizar los arcanos del tarot, y así comencé a interesarme por ellos.
Pasados un par de años ya tenía una buena base sobre estos, y habia uno que siempre me había atraido.. La Justicia Invertida.. Su pacto era sencillo, traía ante mi al ser que mas me odiara sobre la faz de la Tierra y, éste, escogeria un castigo para mi. Era fácil, al fin y al cabo si yo no aceptaba ese castigo simplemente perdería la capacidad de invocarlo en un futuro. Así que lo invoqué.
La emoción y la ilusión que me embargaban duraron escasos segundos, pues se disiparon por completo cuando ante mi se apareció Emily.
Mis labios se sellaron, y mi cuerpo quedó totalmente paralizado al ver que el ser que más me odiaba era a quien yo más amaba..
La Justicia Invertida le expuso el pacto, y ella me dio como castigo que la mitad de mi cuerpo fuera desagradable.. Antes de que pudiera preguntarme si aceptaba, yo ya lo había echo.
La mutación fue rápida e indolora. Me miré las manos, y observé con terror que mi mano derecha se habia tornado horrenda y monstruosa.
Ambos desaparecieron y yo me fui directa a mi habitación intentando esquivar a los huéspedes, pero mi mente estaba en otro lugar y muchos se percataron de mi rostro. Gritos de terror y pánico eran todo lo que profería la gente con la que me topaba. En las pocas y únicas palabras inteligibles que escuchaba, se limitaban a gritarme "¡Monstruo!"..
Una vez en mis aposentos, quise distraerme y continué mirando notas que me habia dejado el padre de Emily, y entre ellas encontré a los Enamorados Invertidos, leí su pacto y sin dudarlo dos veces los invoqué."
De nuevo una sonrisa se esbozó en los labios de Kora, pero esta era distinta.. Parecía la sonrisa de un demente.
"El pacto consistía en matar a la cosa o ser que más amara.. Tras terminar la invocación, llamé a la habitación de Emily pidiéndole que nos viéramos lo antes posible, y entre sollozos ella aceptó.
Me puse una capa y me dirijí a la cubierta, y allí estaba ella.. con los brazos apoyados en la barandilla, observando al cielo, ausente..
Quise acercarme por la espalda, pero ella se percató de mi presencia. Estaba llorando y tenía una carta en las manos, pero no quise dejarla hablar y me abalancé contra su cuello, rodeándolo con mis manos e impidiendo que el aire de sus pulmones siguiera su rutinario camino.
Mis ojos estaban totalmente secos.. no habia ningún símbolo de que una lágrima fuera a brotar.. Pero aun así, en mi interior estaba maldiciendo cada segundo que pasaba. Era consciente de lo que estaba haciendo, y quería que terminara.. Tanto por mi, como por ella..
Ella intentó hablar, pero le apretaba más para que no dijera nada. Fue al terminar, cuando noté el peso muerto de su cuerpo, que estallé en lágrimas.. y mientras golpeaba su cuerpo inerte preguntándome porqué tenía que haber sido ella, mi raciocinio iba desapareciendo.
Cuando reaccioné, tiré su cuerpo por la borda y cogí la carta que tenia en sus manos.
Volví a mi habitacion y guardé la carta, la cual aun conservo y que nunca he tenido valor de leer..
¿Porqué? Te preguntaras..
Miedo.."
Grin suspiró mientas miraba hacia el cielo, apoyado en la barandilla del zeppelín.
"Supongo que tu reacción es natural.. Una traición como esta no es posible olvidarla.. Pero el hecho de que albergues miedo en tu interior refleja que almenos una parte de ti intuye lo que pone en esa carta.."
Notando que su expresión cambiaba, Grin se giró y la miró fijamente, con una enigmática sonrisa en su rostro.
"Tranquila, no voy a juzgarte por lo que has hecho.. Al fin y al cabo ya has recibido tu castigo, y es una penitencia que deberás arrastrar de por vida.. Aun así.."
Grin metió la mano en su bolsillo, ante la atenta mirada de Kora, que se puso alerta al instante. Este acentuó su sonrisa, y sacó de el una máscara. Era una máscara blanca que cubría la mitad derecha de la cara, el lado 'maldito' de Kora. Grin se la tendió."Aun así, creo que el verdadero castigo no es el que te ha sido impuesto físicamente. Quiero darte esta máscara como regalo. Es muy preciada para mi.. Casi se podría decir que me representa.. ya que yo, al igual que a ti te tocará a partir de ahora, siempre llevo una mascara encima que oculta la mitad de mi ser. Cuando te sientas perdida, te pido que recuerdes este momento.. Así sabrás que no estas sola. Cosa que, por cierto, ya es más de lo que yo tuve.."
Un deje de melancolía asomó momentáneamente a los ojos de Grin, pero fue rápidamente borrado por una sonrisa. Se acercó a Kora y le besó la frente.
"Y ahora.. ponte esta máscara y ven conmigo. La noche aún es joven, y hay que disfrutarla."
Dicho esto, cogió a Kora de su mano derecha y la arrastró hacia la sala de fiestas..
